El estudio indica que estudiar directamente las proteínas secretadas (el secretoma) por las arterias, en una pequeña placa de cultivo que contiene escasamente 0,5 mililitros, es mucho más sencillo que buscar las proteínas secretadas en la sangre, de la que el cuerpo humano tiene unos 6 litros y contiene miles de proteínas.
Por todo ello, y con el objetivo de `ar un paso más en el conocimiento de la formación y rotura de las placas de ateroma y avanzar en un diagnóstico precoz, este equipo de científicos ha estudiado el conjunto de proteínas que secretan a la sangre las arterias patológicas en comparación con las sanas.
De este modo, y gracias a los avances en la detección e identificación de proteínas mediante espectrometría de masas y al desarrollo de nuevos métodos de cultivo de arterias humanas, han logrado identificar por primera vez en el secretoma de las arterias coronarias humanas un grupo de proteínas (perfil de secreción) que ni siquiera habían sido detectadas anteriormente en el suero sanguíneo, un compuesto de extrema complejidad.
La ateroesclerosis es una patología cardiovascular que se origina por el depósito en la pared de las arterias, de lípidos y otros compuestos, ocasionando una reacción inflamatoria con formación de lesiones o placas de ateroma que, al romperse, pueden generar trombos que bloqueen o dificulten el paso de la sangre a través de la arteria, llegando menos oxígeno del necesario a las células irrigadas por esa arteria.
Esto puede ocasionar un síndrome coronario agudo, como el infarto agudo de miocardio, cuando ocurre en las arterias coronarias que rodean al corazón; un ictus, si tiene lugar en las arterias carótidas que nutren el cerebro; o una gangrena, si la oclusión arterial afecta a las extremidades inferiores, lo que puede llevar a la amputación si no se actúa con prontitud.
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