A través de los siglos,
el ser humano se ha sentido atraído y fascinado por estas criaturas voladoras.
En la mente de la mayoría de las personas, los dragones son seres totalmente
fantásticos, criaturas que sólo aparecen en cuentos y leyendas por lo que se
han convertido en un tema mítico debido a que no existen pruebas reales de su
existencia.
Según se dice, los
dragones son inmensos reptiles alados cuyo único modo de clasificación es por
el color de sus escamas y cuyo poder aumenta en el transcurso de los años por
lo que los dragones adultos serían, sin lugar a dudas, las criaturas mitológicas
más poderosas.
Durante la antigüedad,
varias culturas relataron asombrosas historias acerca de gigantescas y voladoras
criaturas que habitaban en cuevas y que eran capaces de exhalar fuego por la
boca. Para muchas de estas civilizaciones, los dragones simbolizaban poder por lo que eran representaciones de Dioses, espíritus
protectores, demonios e incluso símbolos de furia; por lo que no es de extrañar
que con la llegada del cristianismo, fueran asociados con el diablo.
Aunque entre las
distintas culturas la descripción de los dragones varía, la verdad es que
existen muchas similitudes, lo que nos hace creer que, tal vez, en algún
tiempo, estos fascinantes seres surcaron los cielos y que con el paso de los
siglos, su existencia se volvió un mito… Mito o realidad, la verdad es que hoy
en día estas criaturas siguen siendo símbolos de fuerza y poder y a pesar de
que no existen pruebas contundentes de su existencia, queda la pregunta de
¿cómo es posible que tantas culturas, que no poseían comunicación entre ellas,
hayan documentado de alguna manera, la existencia de los dragones?
Samantha Aguilar
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