lunes, 3 de junio de 2013

SÍNDROME DE JERUSALÉN



Sin lugar a dudas, el “Muro de los Lamentos” (Jerusalén) es uno de los sitios religiosos más importantes del mundo por lo que es visitado por miles de turistas al año, de los cuales, un pequeño porcentaje llega a padecer el Síndrome de Jerusalén.

Se trata de un trastorno disociativo histérico, es decir que las personas llegan a crear otra personalidad la cual después es olvidada. El primero en identificar este síndrome fue el Dr. Yair Bar-El quien asegura que se da debido a que Jerusalén es una ciudad llena de ideologías, historia, mitología y religión; lo que ocasiona que las mentes de los creyentes se deteriore.

 “La atmósfera que rodea a la ciudad provoca la aparición de síntomas místicos y mesiánicos a ciertas personas con predisposición.”
(José Itzikson, psiquiatra argentino)

Los síntomas suelen aparecen al día siguiente de la llegada a Jerusalén e inician con una oleada de ansiedad y nerviosismo, surge la necesidad de la soledad y comienzan a actuar de manera extraña: realizan actos de purificación, se cambian de ropa con la finalidad de parecerse a personajes bíblicos (túnicas blancas), rezan a toda hora, visitan lugares Santos a horas poco comunes, cantan y gritan pasajes bíblicos: en pocas palabras, aquellos que sufren este síndrome están literalmente embriagados por la Cuidad Santa.

A pesar de que por todo Jerusalén es posible encontrarse con tan extraños personajes, es más común encontrarlos frente al Muro de los Lamentos. Cabe mencionar que aunque este síndrome afecta en su mayoría a los turistas, también es posible que los habitantes locales puedan ser temporal o permanentemente afectados.


“Soy descendiente del rey David y vine a Israel para recordarle a los judíos que deben seguir los mandatos de Dios y no olvidar las palabras de los profetas. Sólo así llegará el Mesías.”
 (Michael, un estadounidense que sufre el síndrome)

Samantha Aguilar

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