Actualmente
se trata del procedimiento más común en los Estados Unidos para terminar con la
vida de aquellos presos que han sido condenados a la pena de muerte ya que antes de 1970, se utilizaba la silla eléctrica para este fin sin
embargo, debido a que este método era muy cruel, se decidió reemplazarlo con un
procedimiento “más humano”.
La
inyección letal generalmente consiste en la administración, vía intravenosa y
de manera secuencial, de 3 sustancias:
Tiopental sódico.- Poderoso anestésico que provoca pérdida del
conocimiento evitando así el dolor y el sufrimiento; tiene efectos hipnóticos y
tarda pocos segundos en actuar.
Bromuro de pancuronio.- Esta sustancia
paraliza el diafragma y actúa como anestesia, relajante muscular e
inmovilizante.
Cabe
mencionar que si sólo se aplicara esta última sustancia (cloruro de potasio) el
condenado experimentaría un dolor insoportable; sin embargo, estudios recientes
afirmar que debido a que el reo es consciente de que está viviendo los últimos
momentos de su vida, experimenta un estado de lucidez fuera de lo común
ocasionando que los efectos anestésicos disminuyan en gran medida.
DATOS
En
2009 Romell Broom sobrevivió a su ejecución por medio de la
inyección letal, después de haber soportado 18 pinchazos en varias partes del
cuerpo, el gobernador decidió posponer su
muerte una semana más.
En
2011 la empresa que proporcionaba el pentotal
sódico (Hospira Inc.) dejó de fabricarlo por lo que las cárceles buscaron
otro fabricante, esta vez europeo, sin embargo debido a que la Unión Europea
está en contra de la pena de muerte, se negaron a suministrarles el fármaco por
lo que se están probando nuevas sustancias para conformar la inyección letal.
Hace
unos días, el estado de Ohio utilizó una nueva fórmula compuesta de: midazolam (sedante) e hidromorfona (analgésico utilizado para
detener la respiración); y aunque la combinación fu efectiva, el reo Dennis
McGuire tardó 24 minutos en morir.
Samantha Aguilar
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