Sin
lugar a dudas, el volcán Kawah Ijen se
encuentra entre los lugares más extraños e increíbles del planeta y no sólo
debido a que en su interior se encuentra
el lago más ácido del mundo y una gran cantidad de azufre puro, sino sobre todo
porque emite tanto lava como fuego azul.
Resulta
completamente impresionante verlo de noche ya que cuando empiezan a arder los
gases de azufre, se producen llamaradas
azul eléctrico de hasta 5 metros de altura. Cabe mencionar que este
impresionante fenómeno es gracias a la combinación de altas temperaturas con las grandes cantidades de azufre que contiene
el cráter.
“A medida que se
desvanece la luz del día, comienza a ascender un brillo incandescente desde las
profundidades del cráter del Kawah Ijen. El líquido sulfúrico surge de una de
las brechas en el borde del cráter a una temperatura de 115ºC; las llamas
azules que desprende entre gases tóxicos pueden llegar hasta los 5 metros.”
(Olivier Grunewald)
Este
volcán, ubicado en Indonesia, no sólo es un maravilloso sitio turístico, sino que
los locales lo utilizan como mina de azufre, obteniendo una ganancia aproximada de 680 rupias por kilo
(0,04 euros); aquellos valientes que se atreven a bajar al cráter de noche,
consiguen doblar su salario sin embargo, no hay que pasar por alto que todos
estos mineros arriesgan su salud y a veces la vida por unas cuantas monedas.
El
lago ácido de su interior, también de color azul, ocupa la mayor parte del
suelo del cráter y es extremadamente mortal debido a la gran cantidad de ácido sulfúrico que lo compone,
ocasionando una muerte instantánea a cualquier ser vivo que caiga dentro de él.
Cabe
mencionar que el azufre extraído del Kawah
Ijen, se encuentra entre los más puros, por lo que se utiliza en la
industria química y alimentaria.
Samantha Aguilar
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