DAVID FINCHER: Mira, lo que Mark hace no es distinto a dirigir una película, que es lo que hago para vivir cada día. Generas algo y tu trabajo es desarrollarlo bien y asegurarte de que mejore, así que lo cuidas. Éste es el tema de la película. Y si debes lastimar a otras personas para protegerlo, entonces eso es lo que debes hacer. Es una responsabilidad.
Deseas amar a cada personaje en la película. Deseas ser capaz de entenderlos. Deseas observar lo que hay ahí. También percibir su humanidad. Ser capaz de relacionarte con ellos. Pero como director las conductas de los personajes se relacionan inevitablemente con facetas o momentos de tu propia vida. Observas tu trabajo y dices, Quizá sí sé de qué se trata esto.
He sido un joven enojado. He sido Elvis Costello. Sé cómo se siente. El resentimiento es algo con lo que me puedo relacionar, el hecho de tener veintiún años y una clara noción de lo que deseas hacer o decir, pero tener a todas estas personas que te dicen, Bueno, nos encantaría, nos encantaría que trates. Demuéstranos eso que deseas hacer. Esta condescendencia de verte obligado a pedir permiso a los adultos porque la percepción es que eres demasiado joven para hacerlo por ti mismo. Por esto puedo entender la frustración de Mark. Tiene una visión de lo que deberían ser las cosas. Y todo el mundo dice, Oh, bueno, eres muy joven. Ya lo verás más adelante.
Y la película es, en cierto nivel, un testimonio de la ética de trabajo de Mark, su invencible capacidad para superar esa presión.
DAVID FINCHER: Correcto. Mark hace lo que nadie más en la película y es el tipo que cosecha las recompensas, pero también debe pagar un precio. Él dice, ¿Publicidad? No lo sé, ésa es una forma de hacerlo, pero no creo que la sea la única manera. Y estoy totalmente de acuerdo.
¿Qué expresa la película sobre el éxito? ¿Hay algún momento en que su fantasía del éxito choque con el éxito real?
DAVID FINCHER: Es difícil para mí incluso imaginarme la clase de éxito que narra la película.
Pero tuvo cierto grado significativo de éxito cuando era joven.
DAVID FINCHER: Yo lo compararía en cierta forma a una extraña fraternidad que existió en un momento con una compañía comercial que comencé cuando tenía 25 años más o menos. Aquello ocurrió cuando varias personas nos reunimos porque no podíamos encontrar representación, no podíamos dar el salto de ser directores de videos musicales a ser directores de comerciales con esta frase de Catch-22: No puedes hacerlo hasta que lo hayas hecho. Pero no puedes tenerlo hecho hasta que lo hagas. Nadie nos iba a dar nuestra filmación. Era un periodo en el que estábamos con Propaganda, cuando el movimiento de videos musicales se convertía en la corriente principal y los publicistas buscaban la apariencia de MTV. Hubo un instante decisivo, algo así como, Nadie en Pepsi nos va a decir que lo que hacemos no va a vender discos, ni a vender refrescos, ni a vender tenis. Debemos continuar haciendo lo que hacemos hasta que el mundo se revolucione y gire y nos tengan que rogar para que hagamos comerciales de televisión para ellos. Sentíamos esto, aunque el ímpetu para estar en MTV era que nadie nos contrataba para comerciales de televisión. Así que entiendo lo que se siente cuando reclamas para ampliar los límites, esperar a que el sol ilumine tu parte del mundo. Y creo que hay algo de esto en Mark, él vio que si podía vincular estas cosas las personas tendrían esta clase de conexión inmediata, igual que los teléfonos celulares. De esto se trata, es una inmediatez de teléfono celular para reconstruir tu imagen de ti mismo. No se trata de quién soy. Se trata de quién deseo que veas que soy yo. Es como Narciso.
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