Casi puedo asegurar sin
temor a equivocarme que todas las personas, al menos una vez en su vida, han
sufrido de un calambre; y la verdad es que no se necesita ser un deportista
para que esto ocurra.
Podríamos
decir que los calambres se dan de manera inesperada y que inicia como leves
molestias que rápidamente se convierte en un inmenso dolor que te deja prácticamente inmóvil;
sin embargo, para una mejor definición tomaré como base el diccionario de la
Real Academia Española: "la
contracción espasmódica, involuntaria, dolorosa y poco durable de ciertos
músculos, particularmente de los de la pantorrilla." Pero ¿por qué
nos dan calambres?
Al realizar un movimiento
controlamos de manera voluntaria nuestros músculos, aunque sea de manera inconsciente,
sin embargo en ocasiones un músculo o un grupo de las fibras que lo conforman se
contraen de forma involuntaria. Cuando esta contracción se manifiesta como un
espasmo y perdura durante varios minutos, se convierte en eso que llamamos
calambre.
A pesar de que los expertos
no conocen las causas exactas por las que llegamos a sufrir calambres, se cree
que pueden estar asociados a:
- Estudios indican que
los calambres ocurren cuando se sobre estimulan los músculos, es por ello que
es más frecuente que les den a aquellas personas que practican algún deporte o
se ejercitan, dando como resultado que el músculo se fatigue y no logre relajarse
totalmente provocando un espasmo que al poco tiempo se convierte en un
calambre.
- Los calambres
nocturnos son el resultado de haber permanecido, durante un largo periodo de
tiempo, en una mala posición.
- La carencia de
vitaminas y sales minerales, en especial la falta de potasio en el organismo.
- La falta de
oxigenación en los músculos, la deshidratación y la carencia de sodio también
son otros factores determinantes.
- Permanecer parado o
sentado en la misma posición durante mucho tiempo.
Samantha Aguilar
No hay comentarios:
Publicar un comentario