SINOPSIS
Javier (Eugenio Derbez) sólo desea una cosa en la vida: ser feliz con María (Alejandra Barros), pero poco después de su boda, el destino cambia sus planes.
¿Qué hace un hombre para aceptar la pérdida de la mujer de su vida y recuperar la confianza en el amor?
No Eres Tú, Soy Yo es la historia de un hombre inmerso en un carrusel de emociones que lo llevan de la depresión al ridículo, al psicoanálisis y a sus ex novias, todo por encontrar nuevamente el amor. Si tan sólo Javier pudiera olvidarse de María…
Personajes memorables y situaciones desesperadas en una divertida historia llena de amor, mujeres, reencuentros y amigos.
EL INICIO
No Eres Tú, Soy Yo es el tercer largometraje que dirige Alejandro Springall (Santitos y Morirse Está En Hebreo), pero a diferencia de sus otras dos películas, esta vez fue invitado por el reconocido productor Matthias Ehrenberg (Sexo, Pudor y Lágrimas) para llevar a la pantalla una versión mexicana de esta singular historia, que hace algunos años había gozado de gran éxito en Argentina.
“La invitación de Matthias no era hacer un ‘remake’, sino una versión mexicana totalmente nueva y libre, tomando de la historia original lo que consideráramos necesario. Preferí leer el argumento y no ver la película argentina, para mantener distancia, pues la idea era trabajar un guión totalmente nuevo, con situaciones y personajes distintos, que encajaran en nuestra idiosincrasia. En este sentido, invitamos a Luis Aura, quien tiene mucho conocimiento del melodrama mexicano, para que escribiéramos juntos”.
Una de las motivaciones para el cineasta fue el reto de hacer una comedia romántica desde las emociones masculinas y explorar una historia que le va a llegar de una forma a las mujeres, y de otra muy distinta a los hombres.
Al analizar el rango actoral que debía tener el intérprete del personaje de Javier, Springall pensó directamente en Eugenio Derbez.
“Me sorprendí cuando lo vi en La Misma Luna (2007) porque Eugenio cobra una dimensión totalmente diferente en la pantalla grande. Ahí me di cuenta de que es un actor con mucha claridad para proyectar emociones, con un entrenamiento físico que le da mucha precisión, tiene un gran sentido del ritmo y enorme experiencia en la comedia. No dudé en que él era quien mejor podía encarnar a un personaje entrañable y vulnerable, con un patetismo divertido y mucho respeto para mantener a Javier en el límite del ridículo”.
Eugenio fue invitado a un casting con Manuel Teil, pero acepta que no había tenido tiempo para estudiar y que hizo, según sus palabras, la peor prueba de su vida.
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