Se trata, tal vez, del
deporte más antiguo del planeta que aún se juega en la actualidad. Surgió
aproximadamente en el año 1500 a.C. y es precisamente la Cultura Madre, los
Olmecas, quienes fueron los primeros en practicarlo; sin embargo, la cancha más
antigua está ubicada en el Paso de la Amada, Chiapas, y data de entre 1400 y
1250 a.C.
La cancha en donde se
llevaba a cabo este tan singular juego, tiene forma de hache (H) y
simbólicamente, se creía que daba acceso al inframundo; se decía que en el
campo de juego, los jugadores podían retar a los dioses de las tinieblas y así vencer
a la muerte. Generalmente, en el centro de la cancha está ubicada una piedra
que simboliza "el ombligo del mundo".
Las dimensiones de la
cancha y las reglas variaba dependiendo la religión y la cultura; la más grande
es la de Chichén Itzá con 140 x 35 metros, cabe destacar que también es la mejor conservada y la más
famosa debido a sus altos muros verticales y el relieve en el que se representan
a los jugadores de pelota durante un sacrificio.
El juego consistía en que
dos equipos de 1 a 7 jugadores, se enfrentaban en la cancha y tenían que
golpear con la pelota de caucho uno de los 3 discos de piedra distribuidos en
el campo o pasarla por los aros suspendidos de las paredes; también se recibían
puntos cuando el equipo contrario golpeaba la pelota con una parte del cuerpo
no autorizada. La pelota, de aproximadamente 20 cm. de diámetro, era muy pesada
(3kg.) y dura, sólo podía ser golpeada con los codos, la cadera y las rodillas.
Debido a que era muy difícil pasar la pelota por el aro, cuando esto ocurría el
partido terminaba y el jugador que lo había anotado, era premiado. El capitán
del equipo victorioso alcanzaba el honor y la gloria, por lo que podía ser
ofrendado a los dioses.
“... y el
que metía la pelota por allí ganaba el juego; no jugaban con las manos sino con
las nalgas herían a la pelota; traían para jugar unos guantes en las manos, y
una cincha de cuero en las nalgas, para herir a la pelota.”
(Fray Bernardino de Sahagún)
Cabe mencionar que el
anillo formó parte del juego mucho tiempo después, investigadores afirman que surgió
aproximadamente en el 900 d.C.; sin embargo, jugó un papel fundamental ya que el
punto más valioso se lograba al hacer pasar la pelota a través de él.
Simbólicamente, el juego
representa la interminable lucha de contrarios, la lucha de opuestos: entre la
luz y la oscuridad, entre el Sol y la Luna… La cancha representa el universo en
donde se llevará acabo la batalla. El sacrificio humano es el que mantenía el equilibrio
y permitía el orden; según las creencias, la sangre derramada sobre la cancha
aseguraba la fertilidad de la tierra.
Aún hoy en día no se
sabe a ciencia cierta si era el ganador o el perdedor el que era sacrificado,
pero lo que si se sabe es que los sacrificios se llevaban a cabo para mantener el equilibrio y el orden
y así lograr que continuara la existencia del cosmos y la vida.
Samantha Aguilar
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