En
1948 Ludwig Guttman, un médico judío, quiso cambiar la vida de los pacientes con lesiones
en la columna generando en ellos nuevas esperanza a través del deporte. Fue así como nació el movimiento paralímpico
en un hospital de las afueras de Londres.
Ese
mismo año se llevaron acabo los “Juegos de Stoke Mandeville”, nombrados así en honor al
hospital que atendía las lesiones de la columna. Esta edición contó con tan
sólo 14 hombres y dos mujeres y consistió en un concurso de tiro con arco en
silla de ruedas.
En
1956 se decidió llevar los juegos a otro nivel pidiendo que se volvieran
internacionales:
“El propósito de los
Juegos Stoke Mandeville es unir a los hombres y mujeres con parálisis de todas
partes del mundo en un movimiento deportivo internacional y tu espíritu
verdadero del deporte dará esperanza e inspiración a miles de personas con
parálisis”.
(Declaración de intenciones de las autoridades)
Fue así como del 19 al 24
de septiembre de 1960 se llevaron a acabo, 6 días después de las Olimpiadas de
verano, las primeras “Olimpiadas para minusválidos” (el término Juegos
Paralímpicos fue aprobado por el Comité Olímpico Internacional hasta 1984) con sede en Roma. Participaron
400 atletas de 23 países en 8 distintas competencias: atletismo,
básquet en silla de ruedas masculino, tiro con arco de flechas
y dardos, natación, esgrima, tenis de mesa, y snooker (juego de billar). Posteriormente,
se fueron
incorporando muchas otras disciplinas.
En 1976 se celebraron los
primeros Juegos Paralímpicos de invierno con sede en Suecia. No fue hasta
1989 cuando se formó el Comité Paraolímpico Internacional, su logotipo es un
emblema de 3 colores: verde, rojo y azul; los cuales simbolizan la mente, el
cuerpo y el espíritu.
Durante los juegos
olímpicos de Londres 2012, participarán más o menos 4 mil 200 deportistas de 164
países, convirtiéndose así en los Juegos con más deportistas de la historia.
Estos
juegos no sólo fomentan el deporte y la competencia, sino también son un
ejemplo de actitud y convicción.
“La voluntad humana es
capaz de superar los obstáculos más difíciles, y los atletas paralímpicos son
una muestra permanente de ello.”
Samantha Aguilar