BENNET es un buen amigo y compañero de habitación de Dave Stutler en la vivienda bastante venida a menos que alquilan en el barrio de Brooklyn, ex compañero de física de éste, y que siempre está intentando que su renuente amigo salga y viva un poco la vida. Omar Benson Miller, quien da vida al personaje, señala: “Bennett no es sólo el compañero de habitación de Dave, sino también su motor. Es una de las muchas personas en la película, al igual que Balthazar y Becky, que intentan despertar a Dave, lograr que sea más proactivo y menos reactivo en la vida. Yo intento enseñarle que es importante perseguir sus sueños, incluyendo las chicas de las que está enamorado, su magia, su brujería y sus estudios”.
Otro veterano de las series televisivas de Jerry Bruckheimer, Miller integró el reparto de “Eleventh Hour” y es un miembro nuevo del reparto coral de “C.S.I.: Miami”. “La genialidad del personaje de Bennet es que muestra que las personas provienen de toda clase social y pueden hacer lo que sea”, apunta Miller. “Eso es lo intentamos que comprenda Dave, que no por ser el chico inteligente, debe sentir temor de hablarle a la chica que le gusta. Sé tal cual eres, siéntete orgulloso de eso, saca pecho y exclama: “¡Hola, aquí estoy yo!”
EL PEQUEÑO DAVE es un niño de diez años, siempre inseguro de sí mismo y temeroso; enamorado de su compañera de escuela Becky Barnes, pero no muy seguro de qué hacer al respecto. Cuando es misteriosamente atraído dentro de la extraña tienda de curiosidades Arcana Cabana, se encuentra con el brujo Balthazar Blake y allí se le revela —a pesar de su incredulidad— que algún día será un poderoso brujo. “Dave es un niño muy inseguro de sí mismo, extraño, un bicho raro… pero la clase de bicho raro con la que uno se encariña”, señala Jake Cherry, quien fue seleccionado para dar vida al joven protagonista.
SUN LOK es un longevo, pero siempre joven, morganiano brujo chino. Cuando Horvath lo libera de su Grimhold, Sun Lok causa estragos en el barrio chino durante un animado festival, materializándose en un feroz dragón que lanza llamas de fuego. “Sun Lok ha permanecido encerrado durante miles y miles de años, y cuando es liberado, está realmente muy enfadado”, señala Gregory Woo, quien interpreta al loco morganiano.
ABIGAIL WILLIAMS es una joven bruja morganiana, quien en el siglo XVII no sólo fue acusada de ser una bruja en la ciudad de Salem, Massachusettes, sino que, en efecto, lo era. Con sus puritanas prendas blancas y negras, Abigail parece la encarnación misma de la inocencia... pero sus apariencias son sumamente engañosas. “Yo soy una bruja malvada que tras ser liberada de mi Grimhold, rapto a Becky para llevársela a Hovarth”, resume Nicole Ehinger, a quien los realizadores reclutaron para dar vida a la engañosa joven bruja.
LA CIUDAD DE NUEVA YORK COBRA VIDA… LITERALMENTE
Sacando un bocado de la Gran Manzana
“La idea de la película es que los hechiceros y el antiguo arte de la brujería están sanos y salvos en la Nueva York de hoy en día”, cuenta el director Jon Turteltaub. “Es mucho más entretenido mostrar al público la magia en cosas que reconocen, que crear cosas nuevas”.
“La ciudad de Nueva York es un lugar extraordinario”, continúa Turteltaub, “pero los neoyorquinos suelen estar tan ocupados en su agitada vida diaria, que con frecuencia no reparan en todo lo que ofrece esta ciudad. Si te detienes y observas a tu alrededor, verás cosas increíbles por todas partes. Si caminas un día por Manhattan, y en lugar de mirar hacia delante, levantas la mirada, hallarás en estos edificios los detalles arquitectónicos más maravillosos. Nueva York es un universo entero”.
Para sus incondicionales habitantes y millones de visitantes, Nueva York es una ciudad sin igual. Y, por supuesto, ha servido de escenario de incontables películas, entre las que ahora se incluye El aprendiz de brujo.
“Nueva York lo tiene todo”, señala el productor oriundo de Detroit, Jerry Bruckheimer, “maravillosos rascacielos, un ritmo acelerado, los mejores restaurantes del mundo, es el epicentro editorial y de las finanzas. Pero la ciudad nunca se verá tan mágica como en El aprendiz de brujo”.
“Esta película es una carta de amor a la ciudad de Nueva York”, declara el actor oriundo de Montreal, Jay Baruchel. “Cualquiera que haya pasado un tiempo en Nueva York, sabe que ésta realmente es la capital del mundo. En las persecuciones de automóviles de la película, estamos efectivamente conduciendo por Times Square o la Sexta Avenida. Todos, hasta mi madre, quedaron pasmados, atónitos y maravillados por el tamaño, la grandiosidad y el detalle. El público verá nuestra película y quedará arrobado en una Nueva York que reconocerán, pero que nunca antes vieron realmente”.
Baruchel también disfrutó rodar en la New York University, en Greenwich Village, por razones muy particulares. “Para mí fue increíble porque siempre había soñado con asistir a la NYU Film School pero nunca pude costearla. Tantas películas maravillosas surgieron como fruto de dicha institución, y es una institución que está fuertemente impresa en la conciencia colectiva”.
“Es una ciudad increíblemente fotogénica”, señala el actor londinense Alfred Molina, “y posee una presencia dramática tan fuerte y una vida tan pujante. Cuando la magia cobra vida, lo hace en una ciudad que es mágica en sí misma, de modo que el impacto que se produce es doble”.
“Nunca antes había pasado demasiado tiempo en Nueva York”, reconoce la australiana Teresa Palmer, “pero la ciudad posee una energía mágica que la hace sentir viva. Es la clase de ciudad donde los sueños realmente se hacen realidad, y creo que la película definitivamente se presta a eso”.
Toby Kebbell agrega: “Si bien Nueva York es una ciudad mucho más nueva que la ciudad de Londres, donde resido, aquí tienes toda esta clase de cosas increíbles que pasan delante de tus ojos, y que sencillamente ignoras porque con todos los millones de personas pululan a tu alrededor, tu cerebro ni siquiera registra”.
“El objetivo de esta película”, señala el director de fotografía, oriundo de Serbia, Bojan Bazelli, “es crear la Nueva York de El aprendiz de brujo. No buscamos cambiar el aspecto de la ciudad, sino estrechar la ciudad y fundirla con nuestra propia visión mágica. La energía entre la luz y la oscuridad está presente en cada toma, y nos servimos de la última tecnología y de las personas más creativas para entregar al público una Nueva York fresca, diferente y cargada de magia”.
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