A pesar de haber nacido en
San Joaquín de Flores, Costa Rica, el 17 de abril de 1919, Isabel
Vargas Lizano siempre se
consideró mexicana ya que vivió allí
por más de 7 décadas. A los 14 años de edad salió de su país natal huyendo
de un pueblo que no entendía que una mujer usara pantalones y de una nación que
no supo valorar su talento (según ella).
A los 17 años, llegó a suelo Azteca en donde tuvo
varios oficios:
"Vivía
en una azotea de un edificio, bañándome en el baño de las criadas, vendía
cositas y cantaba. Una señora me prestó un coche y pusimos una agencia de
criadas, y yo, en el cochecito, llevaba a las muchachas a las casas y ganaba
dos pesos por cada una".
Durante muchos años
cantó en las calles a cambio de unas monedas. No fue hasta los 30 años y gracias
a su interpretación de la canción “Macorina”, que llegó la fama y si
convirtió en cantante profesional de la mano de José Alfredo Jiménez. No fue
sólo su apariencia lo que rompía con las reglas de la época, sino también su
actitud desafiante y su apuesta radical; musicalmente terminó con la idea de
que las canciones rancheras debían de tener carácter de fiesta al prescindir del
mariachi y mostrando una profunda desolación.
Fue así como llegaron
los discos. Su primer álbum fue publicado en 1961 y a lo largo de su vida,
grabó más de 80 discos. Algunas de sus canciones más famosas son: “La
Llorona”, “Somos”, “Luz de luna”, “Paloma negra” y “Canción de las simples cosas”. Sin
embargo, la fama no vino sola. Por desgracia, cayó en el alcoholismo lo que
ocasionó que por 12 años se mantuviera alejada de los escenarios.
"Estrenaba
un coche el viernes y el lunes ya no tenía nada, me emborrachaba y me iba a
cantar por las calles. Yo tomaba tequila, todo me lo tomé, por eso no quedó
nada allá".
En 1991, Chavela Vargas
vuelve a cantar. Fe entonces cuando es descubierta por Manolo Arroyo en Coyoacán,
quien la lleva a España. Es así como regresa el éxito en su vida.
"Salí
de los infiernos, pero lo hice cantando".
Pedro Almodóvar le
ofreció participar en su película “La flor de mi secreto” y “Carne trémula” e incluyó
varias canciones suyas en sus filmes; además se convirtió en la intérprete principal
de Joaquín Sabina. Fue tanto su éxito y el reconocimiento a nivel mundial que una
calle de España lleva su nombre y recibió el título de "mujer
excelentísima".
En 1994, Joaquín Sabina compuso
en su honor, una de sus canciones más conocidas: "Por el bulevar de los sueños rotos".
En el 2000 el Consejo de
Ministros español le concedió la Gran Cruz de Isabel la Católica. Seis años
después, la cantante mexicana se despidió de los escenarios tras cumplir medio
siglo de carrera artística ya que tenía miedo a perder su voz, con un concierto
homenaje en la Ciudad de México; aunque continuó colaborando en grabaciones
junto a otros artistas.
En el 2009 el Gobierno de la Ciudad de México le rindió un homenaje nombrándola ciudadana
distinguida, con motivo de su 90 aniversario; en diciembre de ese mismo año, presentó
el libro “Mis verdades” que narra a modo de entrevista, los
acontecimientos más trascendentes de su vida.
A los 91 años de edad (abril
de 2010), presentó su material discográfico titulado: Por mi culpa; en el
que incluyó duetos con: Eugenia León, Lila Downs, Joaquín Sabina, La Negra
Chagra y Mario Ávila.
En abril de 2012, lanzó
su disco-libro Luna grande, con el que hizo homenaje al escritor español
Federico García Lorca al darles vida a algunos de sus poemas e incluye algunos
de sus mayores éxitos. Chavela Vargas falleció en la ciudad de Cuernavaca, Morelos, el 5 de agosto de
2012.
Aplaudida en el Olympia
de París, ovacionada en el Palacio de Bellas Artes de México y distinguida en
España por la Universidad de Alcalá de Henares como Excelentísima e Ilustrísima
Señora… Es así como la recordaremos por siempre.
“Pienso
que sí me eternizaré. Pasará el tiempo y hablarán de mí una tarde... Cuando un
día empiece a llover, les saldrá un lágrima, será una chavelacita muy
chiquita.
Samantha Aguilar
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