“Dear
Editor. This is the Zodiac speaking...”
Sin lugar a dudas, la identidad del asesino del Zodiaco es uno de los más
grandes misterios ya que a pesar de que la policía interrogó e investigó a más
de 2.500 “sospechoso”, el caso nunca fue resuelto.
En octubre de 1966 comenzó la matanza, una serie de macabros asesinatos al azar que aterrorizaron a la población de
San Francisco y que durante años estuvo presente en la mente de todos debido a
que el Zodiaco no sólo acababa con la vida de sus víctimas, sino también con la
esperanza de justicia de toda una ciudad al burlarse, públicamente, de la
policía mandando mensajes cifrados, insultantes
y crípticos, los cuales no han podido ser descifrados por completo.
El Zodiaco mandó varias cartas a la prensa en donde revelaba la locura que lo motivó a
cometer los asesinatos, narraba detalladamente cada uno de sus crímenes y además
daba pistas para que la policía lo detuviera. En la carta que mandó el 7 de
agosto de 1969, se autodenominó el Asesino del Zodiaco.
A pesar de que él se atribuyó 37 asesinatos, antes de que esta historia
llegara a su fin, la policía sólo confirmó oficialmente que este diabólico e inteligente
asesino cambió la vida de 7 personas, de las cuales, sólo 2 vivieron para
contar la historia…
El 20 de diciembre de 1968, les
robó la vida a sus primeras víctimas “oficiales”, David Faraway (17 años) y Betty
Lou Jensen (16 años), los cuales fueron asesinados en una carretera. A David
lo mató con un solo disparo en la cabeza mientras que a ella le disparó 5 veces
en la espalda, mientras intentaba huir.
El viernes 4 de julio de
1969 atacó a Michael Mageau, (19 años) y Darlene
Elizabeth Ferrin (22), mientras conducían de noche por la ciudad, un vehículo familiar se les acercó y abrió
fuego. Michael sobrevivió al ataque pero Darlene no fue tan afortunada ya que
murió camino al hospital.
Esa misma noche, el Zodiaco confesó
por teléfono sus asesinatos:
“Quiero informar de un doble asesinato. Si recorren
un kilómetro y medio en dirección este por la avenida Parkway hasta el parque
público, encontrarán a dos jóvenes en un coche marrón… Han sido abatidos con
una Luger de 9 milímetros. También maté yo a los chicos del año pasado. Adiós”.
El viernes 1 de agosto,
apareció su primera carta en 3 periódicos: The San Francisco Examiner, San
Francisco Chronicle y Vallejo Times-Herald; en donde se adjudicaba el ataque a
los 4 jóvenes detallando cada uno de los crímenes, incluía una sección cifrada y
firmaba con el signo que habría de caracterizarlo: el círculo tachado por la cruz. Los periódicos tuvieron que
publicar la carta ya que de no hacerlo, mataría a 12 personas al azar ese mismo fin de
semana.
El 27 de septiembre, Bryan Hartnell (20 años) y Cecilia Ann Shepard (22 años) fueron atacado por un pistolero
mientras disfrutaban de un picnic a orillas del lago Berryessa, sin embargo en esta
ocasión no les disparó. Apuñaló a Bryan
5 veces y a Cecilia 14 veces… Bryan sobrevivió.
El 11 de octubre terminó con
la vida del taxista Paul Stine, al
dispararle con una pistola de 9mm. Éste fue su último crimen oficial, sin
embargo muchas cartas y postales más fueron enviadas a la prensa (1970-1978) firmadas por el asesino del zodiaco.
”Querido Editor: Zodíaco al habla. Estoy otra vez
con vosotros. Dígales a todos que estoy aquí, que siempre he estado aquí. Ese
cerdo citadino de Toschi es bueno, pero yo soy más inteligente y a lo mejor él
se cansará y me dejará en paz. Estoy esperando una buena película sobre mí.
¿Quién hará mi papel? Ahora yo lo controlo todo. Atentamente: adivínelo.”
A pesar de que su identidad sigue
siendo un misterio, se sabe que se trataba de un hombre alto y corpulento, que
utilizaba anteojos y que tendría entre 20 y 30 años al momento de cometer sus crímenes.
Gracias a sus cartas, podemos deducir que poseía una gran inteligencia, que le
interesaba la astrología, que era sumamente ególatra y que, al igual que muchos
otros asesinos seriales, disfrutaba del protagonismo y le encantaba sembrar el
terror en los demás.
“Me gusta matar gente porque es más
divertido que matar animales salvajes en el bosque, porque el hombre es el
animal salvaje más peligroso. Matar me produce el mayor placer de todos y lo
mejor de todo es que cuando yo muera renaceré en el paraíso y todos aquellos a
los que he matado, serán mis esclavos.”
Samantha Aguilar
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