Todo inició en 1954 cuando
en un pequeño pueblo de Wisconsin, Plainfield,
una camarera, Mary Hogan, desapareció
dejando como único rastro una gran cantidad de sangre en el suelo.
Tres años después, Ed Gein un hombre responsable,
trabajador y excéntrico, mató de un disparo a Bernice Worden, la dueña de la ferretería. No hubo testigos, sin
embargo el libro de contabilidad lo
mostró como el último cliente de la señora por lo que fue arrestado
inmediatamente mientras se hacían las averiguaciones necesarias.
Como parte de la investigación,
la casa de Gein fue registrada. Lo que la policía encontró allí fue más que
macabro…
El cuerpo de Bernice
Worden fue encontrado colgado de los tobillos de las vigas de un cobertizo situado detrás de su casa, su cuerpo estaba decapitado
y abierto en canal pero por extraño que parezca, esto fue lo más “normal”. Cabezas
casi intactas, un collar de labios humanos, máscaras hechas con piel humana y
pelo real, muebles y lámparas elaborados con piel y huesos humanos, órganos
humanos dentro de su refrigerador, platos hechos de calaveras y prendas de
vestir fabricadas también con piel humana, fue lo que se encontró dentro de la
casa de Gein y lo que dejó aterrorizado a todo el pueblo, a todo el país e
incluso a todo el mundo. Pero esto no fue todo.
La policía descubrió que
Ed Gein acostumbraba utilizar una mascara fabricada tanto con la cara como con el cuero cabelludo
de sus víctimas, además de un chaleco con senos y los genitales femeninos
atados por encima; todo esto debido a su enfermizo deseo de ser una mujer.
Durante el interrogatorio,
Gein admitió haber exhumado las tumbas de varias mujeres recién fallecidas y
que ellas fueron quienes le proporcionaron la piel para elaborar sus extraños
objetos, también admitió haber asesinado a Mary Hogan.
Aunque se sospecha que
cometió más asesinatos, Gein sólo fue juzgado por los asesinatos de Bernice
Worden y Mary Hogan; sin embargo, al ser diagnosticado con una enfermedad
mental, fue internado en un hospital psiquiátrico donde permaneció hasta los 68
años. Murió el 26 de Julio de 1984 en Waupun, Wisconsin.
Sin lugar a dudas, este
asesino es uno de los más repugnantes de la historia y no sólo sirvió de
inspiración para la película “Masacre en
Texas” sino también para Hitchcock
en "Psicosis" y para Thomas Harris para su libro "El silencio de los corderos"; pero
definitivamente, nunca se hará nada más espeluznante y macabro que lo sucedido
en la realidad.
Samantha Aguilar
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