Se trata de un fenómeno
astronómico que ocurre 2 veces al año, entre el 20 y el 21 de marzo y entre el
22 y 23 de septiembre, dando así inicio a la primavera y al otoño
respectivamente; se trata del momento del año en que el Sol alcanza el cenit, es decir su punto más alto. Se
le denomina equinoccio debido a que en estas dos fechas, el día y la noche
tienen la misma duración.
Cabe mencionar que el equinoccio de primavera también es
conocido como "primer punto de
Aries", mientras que el equinoccio
de otoño "primer punto de Libra", esto debido a que en la
antigüedad (hace 2 mil años) este fenómeno marcaba el inicio precisamente de
estas constelaciones. Actualmente esto ya no ocurre, de hecho ahora el equinoccio de primavera ocurre en la
constelación de Piscis y el equinoccio
de otoño en la constelación de Virgo.
Alrededor del mundo,
muchas culturas celebran el equinoccio
de primavera ya que es sinónimo de crecimiento y plenitud, en Afganistán e
Irán esta fecha marca el inicio de un nuevo año. En nuestro país existen
algunos lugares ideales para recibir los equinoccios: Chichén Itzá (Yucatán), Teotihuacán (Estado de México, Dzibilchaltún (Yucatán),
Templo Mayor (DF) y El Tajín (Veracruz); a pesar de que en
este último no ocurre ningún fenómeno solar, sí cuenta con una gran carga
mística lo que lo hace el lugar idóneo para la llegada de este fenómeno.
Samantha
Aguilar
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