Cuando Germán Noble (Gonzalo Vega) -un manipulador y poderoso empresario- se da cuenta que los haraganes de sus hijos Javi (Luis Gerardo Méndez), Bárbara (Karla Souza) y Charlie (Juan Pablo Gil) están tirando sus vidas por la borda, decide fingir la quiebra de su empresa para darles una lección, haciéndoles creer que todas sus propiedades fueron embargadas: los deja sin coches, celulares y tarjetas de crédito; los lleva a vivir a un vecindario pobre; los hace cambiarse de apellido, y cortar contacto con todos sus amigos para salir adelante haciendo algo que ninguno de ellos había hecho antes... trabajar.
Será ahí y bajo esas condiciones donde los hijos de Germán aprenderán cuál es su valor sin un apellido, fortuna y posición social. Mientras que el propio Germán aprenderá una lección: su error no fue educar a sus hijos con mano suave, sino que prefirió ser empresario que ser papá.
EL ORIGEN
Nosotros Los Nobles tiene su origen como historia en la vida cotidiana del director Gary “Gaz” Alazraki: “Yo estudié en Los Ángeles durante dos años y medio y una novia americana me empezó a dar mucha lata por ser un junior, digamos que me quitó lo junior a crítica pelada.
“Cuando regresé a vivir a México empecé a entender de lo que ella hablaba y de hecho empecé a entender qué era lo que le molestaba. Este andar de los juniors mexicanos con un sentido de título y de privilegio, insensibilizados a la injusticia social. Empecé a sentir una cierta irritación con el tema”.
Esta irritación se convirtió en el principio de una historia que Alazraki comenzó a escribir para otra actriz Mexicana sobre una niña fresa que, para esconderse de los enemigos de su padre, acaba viviendo en el pueblo de su muchacha en Veracruz, donde sufre una transformación similar a la que el director tuvo en su vida gracias a su novia.
“Ese guión era una porquería, así que lo tiré a la basura. Pero mas adelante mi hermano me comentó que la serie Arrested Development estaba tocando el mismo tema de manera diferente. Así que me dije “¿por qué no meter a la familia entera en el conflicto?”. En una borrachera con el director Simón Bross, él me dijo: “si vas a hacer eso tienes que ver El Gran Calavera”. Claro, a nosotros no nos servía el papel del padre borracho de Calavera, pero eso nos dio los márgenes, el gran panorama sobre el que queríamos trabajar. Decidimos quitar esa parte, dejar engañados a los hijos y desarrollar la subtrama de los personajes; ya para el final tuvimos que deshacerlo todo, y 18 versiones de guión después, teníamos los que hoy es la historia de la película”, explica Alazraki.
También las enseñanzas de un maestro de la escuela de cine le dieron indicios a Gaz de cómo quería abordar la película: “Él decía que en ciertas épocas, dependiendo del contexto social, se promovían comedias o cine mas duro. Cuando hay prosperidad o movimientos sociales, a la gente no le motivan las comedias románticas, mientras cuando hay crisis económicas, esto da pie a la comedia y la sátira social -como en los años 30- porque son un gran desahogo para el pueblo que quiere burlarse un poco de la élite.
“Hice mucha investigación sobre el cine de esa época con películas como It Happened One Night, My Man Joeffry, Cómo Casarse con un Millonario, La Comezón de los Siete Años, todo el cine cómico de esa época que se burlaba de la burguesía, como The Philadelphia Story, fui extrayendo de ahí mucho de lo que quería utilizar.
“Luego vi partes de Arturo el Millonario Seductor, Fuera de Borda, De Mendigo a Millonario y poco a poco fui entendiendo que la película que yo quería hacer era como lo que hacía John Landis en los 80. Nadie se había aventado a hacer eso en México; con mi hermano hablábamos de que ese mercado de películas, con ese tipo de humor estaba muy mal atendido en nuestro país, por lo que quise abordarlo”, comenta Gaz.
El riesgo estaba en tocar el tema del clasismo y el racismo, que es tan delicado pero actual en México, sin juzgar a nadie: “La película nace así desde el guión y es un riesgo totalmente calculado. Nunca tuvimos duda de la historia que queríamos contar, nunca hubo temor en poner esos temas. La película los resuelve bien porque está bien cimentada, bien dirigida y porque toca temas de interés que son de actualidad. Pero también porque nuestra tradición cinematográfica viene tocando estos temas desde el cine de los 40 y los 50: el choque de clases. Piensa en Los Olvidados o el las películas de Pardavé o en las telenovelas”, comenta Leonardo Zimbrón, productor de la película.
“A pesar de que fuimos satíricos y tratamos de retratar la realidad con la mayor fidelidad posible, siempre fuimos respetuosos, jamás fuimos despectivos. Somos irónicos y satíricos, pero jamás le faltamos el respeto a nadie”, agrega Zimbrón.
“Yo creo que toda buena comedia tiene una carga de enojo por detrás. Pero también, para no hacer que la gente se sintiera juzgada tuve que querer a mis personajes, me tuvieron que importar”, confiesa Alazraki. “Porque en el momento en que hice eso, pude sensibilizarme a todo el margen de cosas que rodean a este círculo social. Porque a primera vista sí ves a un “Mirrey” o a una “princesa” echada a perder, pero también son amigos míos muchos de ellos, también viven dolores fuertes, también están intimidados por el éxito de sus familias, también abusan del alcohol porque sus papás tienen un cierto desprecio por ellos -aunque les patrocinan este estilo de vida- y entonces su autoestima sufre, sí hay un dolor real ahí. Si yo podía ser honesto con eso, podía querer a mis personajes y ver a gente de la que me podía reír”.
“Tienes un chavo que es disléxico y su padre no sabe que es disléxico. Tienes una chava que es bulímica y su papá no lo sabe. Es real, no está melodramatizado, ni es exagerado y acaba siendo el tipo de cosas que es lo que está operando atrás de todo esto, es la desintegración familiar y ausencia de un padre que es prejuicioso, pero que debería ayudar más, en vez de dar lecciones”, expone Alazraki.
La motivación para hacer esta película venía de tres puntos cardinales para el director: Hacer una película de humor mexicana, en contraste con todo lo que siempre hay en el panorama actual donde se ve un México derrotista, una película de humor para sus amigos que no se sentían identificados con lo que veían en el cine. Por otro lado, dar vida a su propio sentido del humor, en parte basado en los sketches de Saturday Night Live, que plagaron su adolescencia. Y finalmente era una manera de auto exorcizar sus propios demonios y actitudes.
Alazraki se preguntaba con qué derecho ciertas personas de la clase alta trataban mal a la gente de servicio o porqué en un antro iban y le coqueteaban a la novia del vecino, para después mandar a los guaruras a defenderlo de su descaro, sin tener ni el derecho, ni la autoridad, pero sobre todo sin haberse ganado el dinero que les permitía esos privilegios: Su respuesta era esta película. “Quise levantar la mano y decir, esto está mal. Me voy a burlar de él”, afirma.
EL ELENCO
“Estaba haciendo castings sin tener claro a quiénes quería”, aclara Alazraki. “Leonardo insistía en tener actores famosos y yo quería tener buenos actores. Me interesaba mucho lo que Jason Reitman había hecho en Juno, cuando había casteado a Michael Cera cuando todavía no era muy conocido; o cuando en Gracias por Fumar metía a Aaron Eckhart cuando todavía no era muy famoso y nadie sabía quien era, pero un par de meses después Eckhart salía en Batman. Parecía que Christopher Nolan usaba a Jason Reitman de su conejillo de indias. Me gustaba como Ligeramente Embarazada y Virgen a los 40 funcionaban sin estrellas, porque la estrella era la película. Por eso acabé contratando a Alex Reza, porque él tomaba muy enserio el arte del casting y platiqué con él mucho de esto. Lo primero que le dije es ‘No quiero tratar con las típicas actrices que están en todas las películas mexicanas, quiero ver caras nuevas’”.
Zimbrón y Alazraki tuvieron discusiones encendidas sobre el casting de la película. El personaje del padre había sido modelado sobre Gonzalo Vega, pero Gaz no quería ninguno de los nombres comunes del cine mexicano para el resto de lo personajes, por lo que productor y director se tuvieron que poner de acuerdo:
“Creo que yo soy un especialista en cine comercial. Lo primero que te digo es que un elenco de gente famosa no te garantiza el éxito de la película, pero sí provoca que se hable de ella en la prensa, que te abran más espacios y más entrevistas. Además era la primera película de Gary, que todavía no tiene mucha historia en el cine nacional, por lo que era un director desconocido, mas actores no muy conocidos.
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