martes, 7 de enero de 2014

MANTIS RELIGIOSA

Este extraordinario insecto mantodeo perteneciente a la familia Mantidae, recibe su nombre (religiosa) gracias a sus patas delanteras, las cuales al estar dobladas hacen que parezca como si estuvieran rezando.

A pesar de su nombre tan “pacífico”, la verdad es muy distinta ya que en realidad se trata de un excelente depredador, esto en gran medida debido a las singulares características de su cabeza… Tiene forma triangular y tiene la peculiaridad de que es posible girarla 180º con lo que las mantis son capaces de observar detalladamente todo a su alrededor; pero también es de gran ayuda su capacidad de camuflajearse.

Por lo general, estos insectos son color verde o pardo lo que les permite camuflajearse con suma facilidad con su entorno lo que les ayuda en el momento de emboscar y acechar a sus presas. Y por si esto fuera poco, sus reflejos son tan veloces que incluso resulta imposible verlos a simple vista, la ves mirando a su presa y de pronto ésta ya se encuentra atrapada entre sus patas frontales las cuales están provistas de espinas con las que sujetan a sus presas.


Entre su dieta se encuentran: colibríes, grillos, lagartijas, moscas, pequeños ratones, polillas, ranas y saltamontes… entre otros insectos; pero también, en ocasiones se comen entre sí; un ejemplo claro de ello son las hembras, las cuales llegan a alimentarse del macho después del apareamiento e incluso hay ocasiones que los hacen durante esta actividad empezando por la cabeza y evitando dañar las zonas del sistema nervioso encargadas de la reproducción. Cabe mencionar que, en su hábitat natural,  esto sucede en muy raras ocasiones.

Como ya había mencionado, su color suele ser verde o pardo pero lo interesante aquí es que su color, una vez que alcanzan la adultez, es determinado por el del medio en el que habita durante su última muda.

Otro dato curioso es que se trata del único animal conocido que cuenta con tan sólo un oído pero además, lo tiene localizado en el tórax.


Samantha Aguilar

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