miércoles, 25 de abril de 2012

UN POCO DE CIENCIA: ¿EXISTE EL FRÍO?



Si se hiciera una encuesta donde se incluyera esta pregunta, lo más seguro es que la mayoría de las personas contestarían afirmativamente sin embargo, estarían en un error…  ¿Pero cómo? Se estarán preguntando, pero la verdad es que los que sentimos no es frío sino una pérdida de calor. Si por casualidad una de las personas encuestadas hubiera sido Albert Einstein, sin lugar a duda él habría respondido correctamente y es que cuenta la anécdota:

“Se cuenta que un día en la Universidad un profesor, con ayuda de un alumno,  llegó a la conclusión de que Dios había creado el mal; fue entonces cuando Einstein levantó la mano y le pregunto ¿Existe el frío? El profesor respondió negativamente ya que lo que nosotros conocemos con ese nombre realmente es la pérdida de calor. Einstein lo cuestionó de nuevo ¿Existe la oscuridad? La respuesta volvió a ser negativa ya que en realidad es la falta de oscuridad. Finalmente Albert concluyó diciendo que el mal era mas bien la ausencia del bien.”

No se sabe a ciencia cierta si esta anécdota es verídica pero lo que es verdad es que ni la oscuridad ni el frío existen. Y entonces ¿por qué sentimos frío?

Tanto la sensación de calor como de frío es percibida por la piel, si ella pierde calor de manera rápida entonces se dice que hace frío y si la perdemos de manera lenta o ganamos mayor temperatura entonces hace calor; la verdadera culpable de esto es la sangre. Cuando sentimos frío la temperatura de la sangre es normal, lo que sucede es que sólo esta fluyendo una cantidad escasa por nuestras venas ya que ella se acumula tanto en el corazón como en el cerebro para mantenerlos cálidos. Cuanto mayor es la velocidad a la que perdemos calor, mayor es también la sensación de frío.

Después de estas explicaciones es posible que aún duden sobre la existencia del frío, tratemos de clarificarlas con otro sencillo ejemplo, hacer raspado de limón:

En un recipiente se coloca agua, se disuelve azúcar y limón al gusto, se revuelve bien y se coloca en una bolsa, a cual cerramos con una liga. En otra bolsa se coloca hielo y le tiramos un poco de sal, colocamos la bolsa con nuestra “agua de limón”, encima volvemos a colocar hielos con sal y comenzamos a agitar; aproximadamente 15 minutos después, el “agua de limón” se ha enfriado hasta el punto de llagar a la solidificación. ¿Entonces no que no existía el frío?

 Para que un líquido se solidifique, debe de alcanzar una temperatura menor a los 0ºC, al aplicarle sal la temperatura no baja simplemente el hielo pasa a estado líquido; en forma de cubos, el agua mantiene más tiempo la temperatura. En nuestro ejemplo, al colocar nuestra “agua de limón” con los hielos, esta comienza a perder calor el cuál poco a poco es transmitido a los cubitos; el agua salada sólo favorece la fusión, del hielo a valores de temperatura negativos, enfriando así la solución lo que permite que la pérdida de calor se de más rápidamente.

NOTA: La fusión se refiere al cambio de sólido a líquido por medio de calor. Cuando una sustancia se encuentra a su temperatura de fusión, el calor que se suministra es absorbido por la sustancia y no produce variación de su temperatura.

Samantha Aguilar

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