domingo, 13 de marzo de 2011


¿Entonces ésta es la tormenta perfecta?  Esta necesidad cultural de Facebook, la necesidad empresarial de ésta y la visión de un chico de diecinueve años que de alguna forma se encontró a sí mismo tipificando la experiencia de un incipiente usuario de Facebook, ¿todos estos factores entran en colisión al mismo tiempo?

DAVID FINCHER: Yo no estaba conciente de Facebook mientras estaba ascendiendo, mientras era un rumor, mientras era un murmullo furtivo. Sólo lo conocí cuando se convirtió en algo inevitable. Así que no puedo hablar como si fuera un adoptador temprano. Para el momento en que lo conocí, ya estaba en K-Mart. 

Pero ahora tienes muchos portales en tu vida, tienes puertas y ventanas que te permiten caminar fuera de tu habitación y mirar al exterior, y ahora la facilidad de esta tecnología avanzó hasta un punto en el que tienes una nueva ventana, una nueva puerta, y esto no sólo te permite ver tu patio trasero, también puedes ver un patio trasero en Uzbekistán.  Puedes ver el amanecer en Egipto y es asombroso que puedas sacar una fotografía con tu teléfono sin esfuerzo y al instantnte, algo que ocurre a menudo, y momentos después enviársela a alguien que está al otro lado del mundo y decirle, Ésta es mi experiencia justo ahora. Sin esta chispa no tendrías el incendio que es Facebook. Pero cómo se relaciona esto con la gente que dice, Dios casi te olvido, éramos vecinos en 2ª grado, esto aún no lo sé.

Con todo este torbellino de fuerzas que colisionan creo que Mark descubrió algo, y no hay duda de que esto se conecta de alguna forma con el narcisismo estadounidense: la necesidad de estar en la portada de tu propia revista Rolling Stone.


¿Cree que Facebook tiene un valor?

DAVID FINCHER: ¿Crees que 25 mil millones de dólares es un valor?


No, es decir ¿considera que Facebook es fundamentalmente una cosa buena o mala?

DAVID FINCHER: Creo que, al igual que cualquier cosa que sea tan flexible y tan poderosa, obviamente es buena y mala, es algo que se alterna sesenta veces por segundo.  Es como los teléfonos celulares. ¿Los celulares son buenos o malos?  No, gracias a Dios que los tenemos, pero ¿no invertimos demasiado tiempo en ellos?  No crean la impresión en nuestra mente de que no deseamos profundizar demasiado, de que en cierta forma nos conectamos en cualquier lado, cuando realmente lo que hacemos es ir en coche para llenar nuestras vidas vacías con, “Hey ¿Qué pasó?” “Nada”. “Ok, te llamó después”.  Ya sabes, “¿Qué haces?” Nada, ¿qué haces? “Nada”. Tengo un amigo con una de las grandes citas, él dice “¿Así que no tienes una dirección de correo electrónico aún?” Y después dice, “No, realmente no estoy en el Internet”. Y pregunto, “¿Por qué?” Y él sigue, “No me gusta el radio de CB que escribes”. Y pienso que es una forma muy interesante de verlo: El radio de CB que escribes.



 
¿Pero Mark no usa la computadora en una forma que va más allá de eso?  ¿Este elemento de hacker es algo con lo que se podría relacionar?

DAVID FINCHER: No me relaciono necesariamente con eso, para ser honesto, realmente no conozco a ningún hacker, pero veo a Mark como un tipo de Banksy. Lo veo como este gran artista del graffiti exterior. Alguien que se considera como una amenaza a la sociedad en una forma casi divertida.  Entiendo que existe este mundo de personas que buscan la intrusión y la diseminación y otras ideas de esta clase, pero en realidad no me relaciono con ellos tanto como con la idea de un artista del graffiti.

Muchas personas han hecho películas sobre el Internet. Hay muchas malas películas acerca de ser absorbidos dentro de una computadora y tener tu vida vuelta al revés, existen toda clase de tonterías como esto. Creo que la única forma de hablar sobre esta noción del nuevo empresariado del Web es ser capaz de hablar lúcidamente sobre el cocktail molotov del hacker. El primer acto de nuestra historia es este tipo que kackea un facebook en Harvard y dice, Espera un minuto, a las personas les atrae esto… luego tiene una idea y salen chispas que se convierten en una idea completamente distinta y luego en algo tan ubicuo como Big Mac.  Ahora, creo que el hacking es integral en la historia, pero no creo que sea algo esencial en sí; es esencial cuando analizas a Mark Zuckerberg, es esencial cuando analizas a Sean Parker. Pero ciertamente no creo que tenga nada que ver con lo que buscaban los Winklevoss.


¿O Eduardo?

DAVID FINCHER: ¿Cierto?  Creo que Eduardo dijo, Vamos a darle a la gente lo que desea.  Y Mark es el otro tipo que dice, Me interesa hacer algo como esto y entonces se avoca a algo que la gente podría desear y tiene la capacidad de verlo como el siguiente paso.  Mientras tanto, el tipo que sólo se queda pensando en darle a la gente lo que quiere fundamentalmente no es capaz de hacerlo.


Como resultado de eso, Mark se reinventa a sí mismo en la misma forma en que Sean Parker, ¿así que cuál es la diferencia entre Mark y Sean?

DAVID FINCHER: Veo a Sean Parker como un tipo que es veterano del mundo VC completo, es un veterano de ser controlado por las personas que pueden financiar tus sueños.  Es el hermano mayor que ya pasó por esto.  Lo veo más como Wally que como Eddie Haskell.   Lo considero como el tipo que, cuando eres niño, es el hermano mayor de tu amigo, aquél al que sueles buscar porque dice, No te preocupes de aquello, te debes preocupar de esto. Esto es lo importante.


¿Sean Parker es como una advertencia para Mark? En otras palabras, todas las cosas que a Sean lo conducen continuamente a intentar destruirse a sí mismo, vemos que no las tiene Mark.

DAVID FINCHER: Se trata del nacimiento de un gen de Director General en Mark.  Creo que Sean es un tipo que quizá no tenga una dependencia química, pero ciertamente su debilidad consiste en que le gusta una buena comida, le gusta una buena bebida, le gusta un buen amigo.  Lo veo como a Jedediah Leland.  Como un tipo que necesita tener a alguien que le diga, No, sé genuino contigo mismo.  Y este intento de ser genuino se convierte un poco en un impedimento.

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